viernes, 10 de diciembre de 2021

- Nueva catedral en Bharéin ( Peninsula Arabica)

Se inaugura la Catedral dedicada a Nuestra Señora de Arabia, en Bahrein, Kuwait, Qatar. La Iglesia más grande de la Peninsula Arábica

En un acto de real magnanimidad, el rey Hamad bin Isa Al Khalifa cedió al Vicariato un terreno de 9 mil metros cuadrados ubicado en el municipio de Awali, para la construcción de una nueva iglesia.

Manama (Bahrein) - En la mañana del jueves 9 de diciembre 2021, el jeque Abdullah bin Hamad Al Khalifa, en representación del rey de Bahréin, Hamad bin Isa Al Khalifa, inauguró la catedral católica de Nuestra Señora de Arabia. La inauguración también contó con la presencia del obispo Paul Hinder, vicario apostólico para el norte de Arabia, el arzobispo Eugene Nugent, nuncio apostólico en Bahrein y Kuwait, y el cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que mañana viernes, presidirá la liturgia para la consagración del lugar de culto.

La presencia de una comunidad católica local formada por trabajadores inmigrantes en el reino, está documentada desde la década de 1930, y en este momento, según datos reportados por el Vicariato, podría alcanzar la cifra de 150 mil fieles, en su mayoría de la India y Filipinas. En las últimas décadas, y hasta ahora, solo dos iglesias han estado abiertas en el país, y la insuficiencia de lugares de culto donde se celebran liturgias y se administran los sacramentos se sintió con creciente malestar por parte de la comunidad católica local. 

Ante esta situación, con un acto de real magnanimidad, el rey Hamad bin Isa Al Khalifa cedió al Vicariato un terreno de 9 mil metros cuadrados ubicado en el municipio de Awali, para la construcción de una nueva iglesia.

Signo de esperanza

«En toda la Península Arábiga, pero particularmente en Arabia Saudita, la práctica pública del cristianismo está severamente restringida y limitada a los terrenos de embajadas extranjeras y hogares privados. Por eso, muchos de los cristianos que viven en este país acuden a Baréin – país fronterizo – para recibir los sacramentos y vivir la fe en comunidad», explica Regina Lynch.

«La catedral de Awali tiene una cuenta con 2.300 asientos, con dos capillas y dos grandes salas con lugar para confesiones. Estructuralmente, la forma de la catedral se asemeja a una carpa en la que, según el Antiguo Testamento, el profeta Moisés se encontró con su pueblo», explica el padre Saji a ACN. 

Una de las capillas guarda a la patrona del vicariato apostólico de Arabia del Norte: Nuestra Señora de Arabia, la Virgen María coronada con un rosario y el Niño Jesús. En el nuevo complejo, junto a la catedral, estará también la sede del vicariato apostólico de Arabia del Norte, creado en agosto de 2012. El centro  también podrá ser utilizado por otras denominaciones cristianas.

«Los cristianos de Baréin tienen una vida muy difícil. No por el gobierno, sino porque dejaron su propio país, sus familias y amigos. Muchos están solos, sufren mucho y necesitan una formación espiritual especial que les ayude a seguir siendo lo que son, de lo contrario se pierden».

Especialmente ahora con la COVID, la crisis económica y las pocas oportunidades laborales, la nueva catedral es un signo de esperanza para los cristianos de toda la Península arábica.

En 2007 el obispo comboniano, Camillo Ballin, entonces vicario apostólico de Kuwait, pidió a la Santa Sede que estableciera un día de celebración en honor a la Virgen María con el título de Nuestra Señora de Arabia. En 2011, la Santa Sede proclamó oficialmente a Nuestra Señora de Arabia como Patrona de los dos Vicariatos entonces presentes en la Península Arábiga, el de Kuwait y el de Arabia. En mayo de 2011, la Santa Sede reorganizó el Vicariato de Kuwait, incluyendo en él los territorios de Qatar, Bahrein y Arabia Saudita y lo renombró como "Vicariato Apostólico de Arabia del Norte (mientras que el otro Vicariato de la Península Arábiga, rebautizado como" Vicariato de Arabia del Sur ", incluye los territorios de Yemen, Emiratos Árabes Unidos y Omán). En 2012, la oficina central del Vicariato de Arabia del Norte se trasladó a Bahrein precisamente por la ubicación geográfica del reino (un archipiélago de 33 islas a lo largo de la orilla izquierda del Golfo Pérsico) y otras razones logísticas.

En febrero de 2013, el propio obispo Ballin dio la noticia de la donación real a través de la agencia Fides.  El 19 de mayo de 2014, durante su visita al Vaticano, fue el propio rey Hamad bin Isa quien entregó al Papa una maqueta plástica de la catedral en construcción. El pasado 25 de noviembre 2021 el rey Ahmad bin Isa también envió un mensaje al Papa Francisco para invitarlo oficialmente a visitar Bahréin.

http://www.fides.org/en/news/71278-ASIA_BAHRAIN_Civil_inauguration_of_the_Cathedral_of_Our_Lady_of_Arabia_in_the_presence_of_Cardinal_Tagle

viernes, 26 de marzo de 2021

- María, Corredentora

María es Corredentora, con mayúscula, porque colaboró con la Redención de Cristo de forma especial, insustituible y necesaria, cualitativamente distinta a la de cualquier ser humano antes o después de ella. Es evidente que esta colaboración, por mucho que sea distinta a la del resto de la humanidad, no coloca a la Virgen Madre en pie de igualdad con Cristo, que es el único Redentor. Su corredención está al servicio de la única Redención de su Hijo. Como siempre sucede en su caso, María nunca desvía nuestra atención de Cristo, sino que nos lleva más rápida y profundamente a Él: recibiéndolo en su seno para nosotros, mostrándonoslo en sus brazos como Niño, remitiéndonos a Él como en Caná, acompañándolo al Calvario, recibiendo como hija a su Cuerpo que es la Iglesia o sentándose junto a Él como Reina y Señora de cielos y tierra. Ella es la omnipotencia suplicante, la Inmaculada por gracia del único Redentor, la Sierva del Señor, la Toda Santa por estar llena de su Hijo, la Asunta al cielo por que nada en el mundo podía separarla de su Hijo. Todo esto es pura doctrina católica y no se puede negar.  Y probablemente, no haga falta convertir la corredención en dogma, precisamente porque es doctrina conocida por todos (aunque quizá no siempre se explicite con claridad) y que nadie niega (a no ser herejes completos que niegan absolutamente todo). No toda doctrina tiene que convertirse en dogma, especialmente si no es negada por nadie. La existencia de Dios, por ejemplo, no ha sido definida expresamente como dogma de fe, básicamente porque nada tendría sentido en el catolicismo sin ella. En cambio, es muy posible que fuera más apropiado que la Iglesia proclamase de forma solemne el título de Corredentora, como se hizo en el Concilio Vaticano II con el de Madre de la Iglesia. Dicho eso, tampoco pasaría nada porque se definiera formalmente esta enseñanza como dogma si algún Papa lo considerara oportuno, ya que, como hemos visto, es indudable que forma parte de la fe de la Iglesia.

En cualquier caso, se proclame como dogma y título solemne o no, todo cristiano puede dirigirse a su Madre como Corredentora. Al hacerlo, no hace más que unirse a San Juan Pablo II, Pío XI, Benedicto XV, San Enrique Newman, San Josemaría, Santa Teresa de Calcuta, Santa Edith Stein, San Pío de Pietrelcina e innumerables cristianos de todos los tiempos.  El contenido de este título es, simplemente, parte de nuestra fe y lo ha sido siempre, desde que se escribieron los Evangelios y aún antes, cuando los Apóstoles contaban a los primeros cristianos, en susurros llenos de admiración, que el ángel Gabriel anunció a María y ella concibió a Cristo por obra del Espíritu Santo después de decir: he aquí la esclava del Señor.

Y en cuanto a negar que la Virgen sea corredentora, se opone a San Ireneo, San Jerónimo, San Juan Damasceno, San Bernardo, Sto. Tomás de Aquino, Santa Teresa de Calcuta y a muchos papas, de los que sólo por poner un ejemplo podemos constatar tres afirmaciones:
El Papa León XIII: “Ella compartió con su Hijo Jesús la redención de la humanidad.”
El Papa Benedicto XV escribió: “Para calmar la justicia de Dios, podemos correctamente decir que Ella redimió a la raza humana junto con Cristo.”
El Papa Pío XI: “El Redentor debía tener asociada a su Madre en su obra. Por esta razón, la invocamos bajo el título de Corredentora.”

  Para muchos hoy no se discute el contenido del título de "Corredentora", sino el título mismo, porque se presta a malos entendidos y si los malos entendidos se pueden evitar, es lo mejor. Pensando en esto, el mismo Concilio Vaticano II, le llama Cooperadora de la Redención: Cooperadora singular, eso sí, pues su condición de Madre del Redentor, la hace colaboradora sin par. Luego después de ella viene la Cooperación de San José (a la que, en algún momento, también se le llamó corredención) y luego por grados, la cooperación de todos los demás, ejemplo: Apóstoles; etc..