lunes, 29 de agosto de 2011

-Cristo sí, Iglesia también

Las cosas nunca suelen pasar por casualidad. Al menos las que son verdaderamente importantes. Suele haber siempre un plan, bueno o malo, detrás de ellas. Hace años se lanzó un eslogan –“Cristo sí, Iglesia no”- que tenía como objetivo separar a los católicos de la Iglesia. El motivo era hacerles más frágiles, tanto en su fe como en su formación. Muchos se adhirieron a aquella propuesta y era frecuente oír decir eso de “yo soy católico como el que más, pero no quiero saber nada con los curas”.
La consecuencia es hoy bien visible: una amplia multitud de bautizados que están sumergidos en el relativismo y que sólo mantienen una relación con Dios más o menos sentimental. Esta inmensa mayoría es fácilmente manipulable y no duda en seguir al político demagogo de turno antes que a sus pastores, los obispos o el Papa.
Benedicto XVI ha querido que su último mensaje en la Jornada Mundial de la Juventud estuviera dedicado a este asunto, prueba evidente de la importancia que le da al mismo. Si empezó pidiendo a los jóvenes que no se avergonzaran de Cristo, ha terminado diciéndoles que es imposible seguir al Señor fuera de la Iglesia. Para añadir –al hilo de las lecturas del domingo en que tenía lugar la clausura de la JMJ- que esa comunión con la Iglesia sólo era completa cuando se estaba en comunión con Pedro, con el Vicario de Cristo, con el Papa. Todo lo demás es retórica, es falacia, es hacerle el caldo gordo al enemigo.
Después de esto, naturalmente, el Papa ha enviado a los jóvenes a evangelizar, a ser esperanza para un mundo que se les cae encima. Un mundo que les decepciona tras haberles prometido el paraíso en la tierra, la felicidad plena. Ese mundo idílico, ese “Estado del bienestar” en el que los hombres ya no añorarían el cielo eterno y no necesitarían a Dios, se les muestra a los jóvenes como una farsa, una burla, una amarga y cruel decepción. No tienen trabajo, no tienen esperanza, no tienen dinero y, los que aún lo tienen, tampoco encuentran en el gasto y la fiesta permanente la plenitud que buscan. Pero ahí están, o deben estar los jóvenes católicos, para ser testigos de esperanza, de que sí hay futuro cuando éste está basado y enraizado en Cristo.
Por último, el Papa les ha dicho otra cosa: vuestro mundo es más difícil que el de vuestros padres. Por eso, les ha aconsejado, necesitáis tener una ayuda que ellos no necesitaron tanto. No sólo no se puede “ir por libre” fuera de la Iglesia, sino que ni siquiera dentro de ella puede un joven de hoy subsistir a los ataques del mundo sin formar parte de una comunidad viva –sea un movimiento de espiritualidad o una parroquia-, en la que alimente su fe y forme su intelecto para dar razones a los que le pregunta.
El Papa ha terminado su tarea. La JMJ ha acabado. Ahora empieza la misión. La gracia de Dios siempre está y siempre podemos contar con ella. Depende, pues, de nuestra correspondencia a la misma el éxito o el fracaso de lo que el Pontífice, tan sabiamente, ha planteado estos días.

Santiago Martín, sacerdote y escritor español, nació el 24 de febrero de 1954, en Vallecas, un barrio valiente y luchador por naturaleza, donde se forjaron muchos sacerdotes en la defensa de los derechos humanos y la democracia. Hijo de una familia de clase media, estudió Biología, Teología Moral y Periodismo en Madrid. Su popularidad llegó con un programa en Televisión Española, “Testimonio”.

- Hay esperanza


Ayer escuché el testimonio de una joven boliviana que decía que ella se arrodillaba sólo ante Cristo –y no ante ningún líder político, incluido Evo- porque sólo Él se había dejado coronar de espinas por amor a ella. Después oí a un joven panameño, que contaba cómo sus amigos le habían dejado de invitar a las fiestas tras su encuentro con Cristo, lo duro que le resultó y la opción que hizo por asumir ese tipo de nuevo martirio. Más tarde vino el testimonio de un muchacho polaco que había logrado salir del nihilismo, de la apatía, y había recuperado la fe de sus mayores gracias a unos buenos amigos.
Llevo así varios días, dejándome catequizar por jóvenes de distintos países, lenguas, culturas y colores que han venido a Madrid a poner en común no sólo su experiencia de fe –tan ejemplar en un mundo que se les ha vuelto especialmente hostil- sino sobre todo su esperanza. Ellos no sólo creen en Dios, sino que están convencidos de que este mundo que se cae a pedazos a su alrededor tiene solución y que esa solución pasa por Cristo. Estos jóvenes que llenan Madrid son, ciertamente, el corazón y el orgullo de la Iglesia. Pero son también la esperanza del mundo, la esperanza de una sociedad que los ha maltratado, los ha acosado y que, sin embargo, ahora se empieza a dar cuenta de que los necesita. Sin ellos, sin el Dios que les sostiene, no hay futuro.
Santiago Martín, sacerdote y escritor español, nació el 24 de febrero de 1954, en Vallecas, un barrio valiente y luchador por naturaleza, donde se forjaron muchos sacerdotes en la defensa de los derechos humanos y la democracia. Hijo de una familia de clase media, estudió Biología, Teología Moral y Periodismo en Madrid. Su popularidad llegó con un programa en Televisión Española, “Testimonio”.

- Se trata de buscar el Amor

A ti, que no estuviste en Cuatro Vientos, que has visto entre estupefacto e incrédulo que otra forma de vivir, de comportarse y de manifestarse es posible, y que te gustaría formar parte de esa otra forma, no te cortes: ¡Amorilízate! (Amor+lizate)
A mí no me engañas. Yo viví ahí fuera. Y sé que, de alguna manera, te gustaría formar parte de esta alegría que no necesita de alcohol, ni de droga, ni de placeres rápidos y efímeros para ser feliz. Dime que no, venga. Yo te reto desde el convencimiento que me ha dado mi propia experiencia: ¿No te gustaría ser alegre, estar alegre, sin beber, sin drogarte, sin esa necesidad de tener y tener y tener más dinero? Dime que ya eres feliz y que no te amarga la tristeza sin necesidad de saberte amada por ese chico durante un tiempo, unos meses, tal vez algún año, y te dejaré en paz. Pero sé que no. Dime que no necesitas salir de tu círculo de debilidades para calmar tu grito interior y saberte amado, querido, importante, y te dejaré en paz. Pero sé que no.
Se honesto contigo, no conmigo, que a mí ya me da igual: Has sido testigo privilegiado de una marea humana de jóvenes, interracial, intercultural, plural, diferente, que unida en un solo principio, ha sido capaz de movilizarse sin desordenes, sin conflictos, sin reproches, de forma alegre, ¡brutalmente alegre! sin necesidad de bebidas, ni de drogas, ni de daños contra uno mismo ni contra los más próximos, por una causa común: el Amor.
Se han movilizado por el Amor, pero ojo con esta palabra. No se trata del contenido de una canción de Maná, ni del último culebrón venezolano, ni la próxima película de Meg Ryan ni de Brad Pitt. Es Amor escrito con mayúscula porque es esta causa común de gentes tan diferentes un nombre propio, de una persona, de un hombre: Cristo.
Nadie en la Tierra es capaz de reunir a un grupo tan numeroso ni tan variado, soportando calor, lluvia, viento, frío, sueño, sed, incomodidades, como lo ha sido capaz, ¡y tú lo has visto!, la persona de Cristo. Quien ha convocado ha sido su representante como cabeza de la Iglesia que Cristo fundara. Un anciano de 84 años, profesor de Teología, que para colmo habla alemán. Joder, ¿puede haber un perfil menos atractivo para un joven en el mundo? Si hiciésemos un casting de perfiles aburridos en el mundo, posiblemente el Papa no ganaría, pero daría guerra. Sin embrago, allí estaban todos ellos. Tú no. Pero tú lo has visto.
Ellos han venido a ver al Papa no por su gracia, ni por su simpatía, ni porque cuente chistes o cante canciones pegadizas. Han venido porque el Papa es un emisario, un representante, que trae un mensaje que va directo al corazón humano, al de ellos, y también al tuyo: Mereces el Amor. Perteneces al Amor. Cristo, el Amor con forma humana, te espera. ¡Ábrele tus puertas! ¡No tengas miedo!
Ese mensaje ha calado, y ha calado hondo, no porque el Papa sea un excelente comunicador, o un portento de la escena, o un tío divertido, sino sencillamente porque lo que ha dicho, es la verdad, la verdad de tu vida. El Amor es tu esencia y no puedes vivir fuera de ella.
Estaban todos ellos movidos por una ilusión, por una inquietud del corazón que tú también tienes, y que buscas, yo lo sé muy bien, en diferentes partes de tu vida. Lo sé porque yo también las busqué ahí. Créeme, no vas a encontrarlo. El Amor que ansías, el Amor que anhelas, el Amor del que estás hecho y al que estás llamado, ¡el Amor al que perteneces! está en la Iglesia, se llama Cristo y es real, es posible, es más fácil de lo que parece.
Sí, ya lo sé. Yo tampoco entiendo muchas cosas de esta Iglesia. No las entiendo de mi propia naturaleza humana, ni de mi historia, como para entenderla la de otros hombre que forman la Iglesia. Pero no entender no significa no saber, y sé por propia experiencia, que la respuesta a esa inquietud está en la Iglesia. El Amor está en la Iglesia, y esa millonada de chavales venida de las cuatro esquinas de la Tierra ha sido testimonio de ello, sin entenderse entre ellos, porque hablaban mil idiomas.
Son gente comprometida, que no ha dado ni un solo ruido, que han demostrado a todos, ¡a todos! que una civilización construida hacia el Amor, es posible. Si han sido capaces de dar ejemplo al mundo entero durante una semana, serán capaces de hacerlo solo a sus más allegados durante la vida entera. Le han dicho al mundo que sí, que es posible, y que merece la pena. Se puede movilizar a toda la Humanidad en la construcción de una civilización que no rivaliza en colores de banderas, ni en razas, ni en idiomas, ni fronteras. Se puede movilizar a la juventud en la construcción no de muchas civilizaciones diferentes, sino de una civilización plural que respeta las diferencias: la civilización del Amor, la de la alegría, la de la sonrisa, la del perdón, la de la esperanza, la de la música, la de la familia, la del compromiso y la de la libertad. La de la auténtica libertad que da el saberse capaz de amar y la que da el saberse amado, porque tú, que no estuviste allí, has sido creado y existes para ser amado, y no amado un poco, sino amado totalmente.
Así nos sentimos los que sí estuvimos. Si quieres probar, si te atreves, movilízate por Amor. Ten en cuenta una cosa: no sé cuánto dinero ganas, ni cuánto dinero crees que vales. No sé cuantas chicas te siguen, ni cuantas eres capaz de enamorar. No sé si eres deportista, o si eres un crack tocando la guitarra. Ponte precio si quieres, pero recuerda que lo que vales, lo que vales realmente, es toda la sangre de un Dios, que hecho hombre como tú y como yo, ha pagado toda tu vida entregando toda la suya. Y lo ha hecho por Amor.
A ti, que no estuviste allí, pero lo has visto. No te cortes, no te quedes mirando, no seas membrillo: Muévete por el Amor. ¡Amorilízate!
A ti, que sí estuviste conmigo allí. Gracias por compartir tu búsqueda de la Verdad y del Amor a pesar del calor, de la lluvia, del sueño, de la incomodidad. Y ya que estás, comparte esta carta con ellos, con los que no estuvieron. Lo están deseando. Otra cosa es que se atrevan. Ya veremos.

Me llamo Jesús García, mis amigos me llaman Suso, y soy periodista.
Soy del 77, tengo pocos hobys y no hago voluntariados ni pertenezco a movimiento alguno. Bueno, a la Iglesia Católica de Jesucristo, que ya es movimiento. Me encantan Bruce, los U2 y el fútbol de salón, con amigos y cerveza.

- Ya todo no será igual, ni en España ni en el mundo


Ya todo no será igual, ni en España ni en el mundo. Un catolicismo, con una nueva juventud está naciendo. El 20 de agosto, en Cuatro Vientos, ante un millón y medio de jóvenes, cayó una breve pero impetuosa lluvia. Era como un descanso, como una llamada de Dios, después de varios días de agobiante calor, una prueba para la fortaleza de los peregrinos de las JMJ. El Papa, Benedicto XVI dijo “hemos pasado juntos una aventura”. Era como la firma de un tratado.
Es muy posible que muchos digan que es una fantasía, pero según parece en Roma llaman a Benedicto XVI, el Papa de la Palabra. Tiene un encanto especial y una fuerza, como dice las cosas.. La penetración de sus palabras es fascinante, llegan al corazón con una rapidez inaudita. Te reconforta lo que dice. No hay dureza, no hay acritud en sus palabras, son como los hechos, sin posible discusión. Te alegra el alma oírle, es todo tan grande, tan noble, tan limpio, tan real… Cristo está como un ser vivo, a tu lado, y te da una paz en el alma, un deseo ser mas limpio, de hacer por los demás, de entregarte a los que sufren y una nueva paz llega todo tu ser.
Benedicto XVI nos muestra la grandeza del catolicismo, su enorme verdad, las razones por las cuales es posible la felicidad en esta vida; solo basta entregarte a los otros, amar a todos, no pensar en ti, ser el último si quieres ser el primero… Es un nuevo apóstol en una sociedad sin valores, ahíta de placeres, ajena a todo esfuerzo noble, sucia, grosera, egoísta… Es lógico que las palabras de Benedicto XVI caigan en una buena tierra y más aún entre los jóvenes. Platon ya lo dijo: la verdad debe buscarse en la juventud, lo demás es perderla, Y Benedicto XVI sabe donde sembrar sus valores.
¿Por qué tendrá tanta fuerza si Cristo creó la Iglesia hace más de veinte siglos? ¿Por qué sus palabras son tan atrayentes hoy? ¿Por qué lo que ofrece puede aceptarse en un mundo que tantas cosas materiales ofrece? ¿Por qué el hombre de esta sociedad no es feliz? Y si no lo es el hombre, el joven, el hombre y la mujer que están creciendo, que están buscando su futuro ¿por qué se sienten atraídos por metas tan grandes, tan inaccesibles, tan necesitadas de esfuerzos y de entrega inauditos? Hay por lo menos un motivo: Dios estará a tu lado y eso es algo que siempre te apoyará. En una sociedad sin Dios, una vez que uno se da cuenta de Dios existe, todo lo demás es posible. Un hombre o una mujer nuevos acaban de nacer… Ya todo no será igual.
Además Benedicto XVI no está solo, hay toda una pléyade de religiosos, de muy distintos niveles que le acompañan, hay pequeñas comunidades en el mundo entero, regidas siempre por un religioso… y hay también los “voluntarios” que trabajan desinteresadamente con todo cariño en tantas partes del mundo..
Es muy difícil luchar contra una comunidad, cada vez mas grande, más atrayente, que cree en Dios, que sigue las enseñanzas y la doctrina de Cristo y esa es la razón por la que el mundo triste de la sociedad española en que vivimos y también en de la mundial, con ºsus egoísmos y sus peleas y guerras no puede hacer frente”.
Un ejemplo lo tenemos bien reciente. Más de un centenar de asociaciones y agrupaciones laicistas, contrarias al catolicismo, tan sodlo consiguieron un par de miles de personas, aunque, eso sí, agresivas y provocadoras. Tenían la apoyatura de los poderes públicos, en la forma de una Delegada del Gobierno que hizo todo lo posible para atacar a la JMJ. Pocas personas para tantos grupos. Y estamos empezando. Entretanto los católicos hacían suyas las palabras de Benedicto XVI : “No os avergoncéis de ser católicos”, y también estamos empezando.
Octavio Roncero, periodista

- Después de Cuatro Vientos

En aquella inmensa explanada, en que lo humano parecía perderse como gotita en el océano, nunca los presentes tuvimos la impresión de estar participando en un acto de masas. El clima celebrativo, la palpable fe, el recogimiento y silencio hablaban de asamblea de personas, nunca de turbas. La fe es encuentro con Jesucristo, con Alguien, no con algo. Una ideología es algo y un algo no puede personalizar. En cambio el encuentro con una persona divina, en la que hallamos también al Padre y al Espíritu Santo, es máximamente personalizador.
En Dios tenemos la humanización máxima del hombre, pues en Él somos divinizados. Ésta es nuestra vocación, es para lo que fuimos creados, y, por ello, solamente ahí encontramos nuestra plenitud, nuestra auténtica realización. De donde nace el gozo con que hemos vivido estos días, la inigualable experiencia que palpamos en unos y otros, y con otros. Y, al mismo tiempo, la gran pregunta que me hacen aquí y allá, y me hago: ¿Sabremos aprovechar este acontecimiento?
Respuesta que no creo que se deba limitar a la Iglesia en España. Creo que las JMJ deberían de dar un paso más allá, un paso de maduración, de germinación y crecimiento de lo que en ellas se ha estado gestando desde tiempos del beato Juan Pablo. De ser un acontecimiento, ahora cada dos años, debería de pasar a ser un momento central en un itinerario de iniciación cristiana.
Pienso que un fruto decisivo de las JMJ debería ser que naciera de ellas ese itinerario y, como momento del mismo, fueran a un tiempo punto de llegada de los que lo hubieran hecho y, a la vez, punto de partida para otros participantes que comenzaran con motivo de las mismas su iniciación cristiana. De modo que, para unos, después de una conversión inicial, pudiera ser el comienzo de su iniciación cristiana que podría culminar, después de dos años, en otra JMJ.
Lo cual podría suponer su apertura más allá de los jóvenes. Pues no solamente tienen estos necesidad de ser evangelizados. Hay muchos adultos que lo necesitan también, la evangelización no puede ser un simple relevo generacional, pues unos son llamados a la primera hora del día, otros a media jornada y los hay también que son contratados para trabajar cuando ya va de caída el Sol.
¿Y los que se quedaran en casa y no pudieran viajar a Rio de Janeiro donde se celebrará el encuentro mundial? Que lo vivieran en paralelo en su ciudad. Los medios de comunicación dan oportunidad de participar de muchas maneras.

Alfonso G. Nuño es sacerdote diocesano. Ha dedicado su vida al estudio de la Teología (también es licenciado en Derecho). Ligado al mundo de la enseñanza superior, ha sido secretario general de la Universidad Católica de Ávila. Ha colaborado en Radio Vaticano y Libertad Digital.

lunes, 22 de agosto de 2011

-Muchos jóvenes sienten ya la llamada de Dios

Multitudinario colofón del Camino Neocatecumenal para poner en marcha el espíritu de la JMJ 2011
La celebración de esta tarde en la Plaza de la Cibeles ha prolongado durante unas horas el «espíritu de Madrid».

-Primero, porque, como durante la celebración de la JMJ, se sobrepasaron las expectativas, en este caso con una asistencia de más de 200.000 personas, más de un tercio superior a la esperada.

-Segundo, porque el entusiasmo, el orden y el espíritu de fe que caracterizaron las jornadas con el Papa se han repetido dentro del Encuentro Vocacional del Camino Neocatecumenal, que se celebra al día siguiente de cada JMJ desde 1989.

-Y tercero, porque se ha procurado reiterar la esencia de los mensajes transmitidos por Benedicto XVI durante sus cuatro días de apostolado en España.

El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, presidió el acto, junto con decenas de obispos y varios cardenales. Había sido convocado por los iniciadores del carisma, Kiko Argüello y Carmen Hernández, y el sacerdote Mario Pezzi, también del Camino.

Durante su intervención, el cardenal Rouco recordó que el "objetivo último" de la JMJ había sido que los jóvenes "encontraran en Cristo su raíz y pudieran decirle que creen en Él, esperan en Él y le aman", y de esta forma volviesen a casa "firmes en la fe", según rezaba el lema de las jornadas.

Del mismo modo, subrayó, el Camino Neocatecumenal  busca que los jóvenes "conviertan sus vidas en el desarrollo de esa raíz, construyan su vida en Él y estén dispuestos a entregársela, queriendo ser sacerdotes, consagrando su vida al Señor o también atreviéndose a vivir el matrimonio y la familia cristianamente".

De hecho, uno de los momentos culminantes de este Encuentro Vocacional es aquel en que quienes se sienten llamados a ese encuentro con Cristo dan un paso y lo hacen público.

"Cuando los jóvenes se enfrentan a su vida y buscan explicaciones de lo que les ha pasado, si no se encuentran con la Cruz y con Cristo, se encontrarán sin fundamento para creer, esperar y amar", concluyó el cardenal.

            Ocho mil trescientos que dan el paso
En el Encuentro Vocacional neocatecumenal más de 8.000 jóvenes se muestran dispuestos a ser sacerdotes o religiosas tras la JMJ

Y el primer fruto de la JMJ pudo concretarse numéricamente en el acto. En torno a cinco mil chicos y dos mil trescientas chicas se levantaron para dar testimonio de que quieren ser sacerdotes o religiosas.

"Reevangelizar Europa y evangelizar Asia" fue uno de los objetivos que les propuso Kiko Argüello durante su intervención. En ella agradeció a Benedicto XVI el apoyo que había recibido en su momento el Camino Neocatecumenal para su expansión en Alemania: "Oremos al Señor de la mies para que envíe obreros a la mies", pidió mientras se producía el emotivo momento del paso adelante de miles de jóvenes que han descubierto o madurado su fe escuchando al Papa estos días y compartiendo su fe con cientos de miles de católicos de todo el mundo.

Kiko Argüello: «Muchos jóvenes sienten ya la llamada» 

El Camino Neocatecumenal ha traído a Madrid a unos 300.000 jóvenes para participar en la JMJ. Antes de llegar, han evangelizado por ciudades de toda Europa. Aqui copiamos la Entrevista a Kiko Argüello publicada en La Razón: 

–¿Kiko qué te ha parecido la visita de Benedicto XVI?

–Ha sido maravilloso. El Papa ha sido de una dulzura y ternura enorme, siempre sonriente. Ver tantos jóvenes en Madrid es maravilloso. Una juventud sorprendente porque la gracia del Espíritu Santo cambia al hombre. Dice San Pablo que el Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Un joven que se encuentra con Jesucristo y que quiere seguirle y acepta la proposición que le hace Él inmediatamente recibe la gracia del Espíritu y su ser más profundo es transformado por un encuentro que es más que una amistad. De ahí vienen las consecuencias de la alegría de estos jóvenes. Son capaces de ser castos como fruto de la gracia del Espíritu Santo.

–El Papa en el encuentro con los voluntarios de ayer les habló de la llamada vocacional y los animó a no tener miedo. ¿Kiko qué te parecen estas palabras?
–Precisamente hoy es un día importante. Estas palabras son maravillosas porque hemos visto que los chicos han ido evangelizando por los pueblos de España. Hemos estado en muchísimas partes y han venido contentísimos. Muchos de ellos sienten ya una llamada a ofrecer su vida a Jesucristo. Esta tarde tendremos un encuentro vocacional en la plaza de Cibeles presidido por el cardenal Rouco en el que vamos a invitar a los que se sienten llamados a servir a Jesucristo a hacer un gesto y ponerse en pie. Esperamos que se levanten miles de jóvenes.

–El encuentro de esta tarde es una ayuda para la Nueva Evangelización…
–Estamos contentos de ponernos al servicio de la Iglesia con todos estos jóvenes. Sólo pido que quien esté leyendo estas líneas haga una oración por nosotros, para que los chicos respondan con fe. Decía San Juan Bosco que casi el 75 por ciento de los jóvenes son llamados al sacerdocio.

–Precisamente fue el Papa en su etapa como cardenal el que abrió el Camino Neocatecumenal en Alemania…
–Cuando era profesor y vivía en Ratisbona tenía como alumnos algunos italianos que conocieron el Camino y le hablaron de cómo lo que él enseñaba lo estaba llevando a cabo un español y pidió conocerme. Me fui hasta allí con Carmen Hernández –la iniciadora del Camino junto conmigo–. Fuimos a su casa. Nos abrió la puerta, nos presentó a su hermana y después nos invitó a cenar. Quiso saber quién era yo y mi experiencia en las barracas con los pobres, de mi sufrimiento en mi época de existencialista... Nos llevó a un encuentro con el obispo auxiliar de Múnich y el encargado de los catecúmenos para ver si podíamos abrir el Camino en Alemania. Yo hablaba en italiano y él mismo me traducía al alemán cuando fue prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe.

–¿En qué les ayudó?
–Ratzinger nos quiso ayudar en ese momento y por ese motivo escribió una carta en la que decía que el Camino Neocatecumenal está basado en la Palabra de Dios y es un itinerario de gestación en la fe. Hablaba de cómo Pablo VI nos apoyaba y cómo era necesario abrirlo en las parroquias. Así comenzamos en Alemania y hoy tenemos un seminario en Berlín y otro en Colonia y el Camino está presente en casi todas las parroquias. Además, como prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe pidió nuestros escritos para examinarlos desde el punto de vista teológico y darnos una aprobación eclesial. Durante 5 años un equipo de teólogos del Vaticano han examinado absolutamente todo y, si alguna frase no estaba bien dicha, ellos nos han corregido. Ahora estos escritos son el Directorio Catequético del Camino.

EVANGELIZAR DESDE EL ARTE
El Camino Neocatecumenal tiene como tradición celebrar tras cada Jornada Mundial de la Juventud un encuentro vocacional para recoger los frutos de la visita del Papa. En esta ocasión, unos 250.000 jóvenes pertenecientes a esta iniciación cristiana se darán cita en la plaza de Cibeles junto a siete cardenales y unos 60 obispos. Además, una orquesta de 170 músicos del Camino interpretarán una versión reducida de la sinfonía «El sufrimiento de los inocentes», cuyo autor es el mismo Kiko Argüello. El encuentro tendrá una importancia especial dado que el Camino nació en Madrid en los años 60.

ALVARO DE JUANA / LA RAZON

miércoles, 17 de agosto de 2011

-Kiko: Los jóvenes necesitan hoy una palabra de vida y de verdad

Kiko Argüello y la JMJ: «Los jóvenes necesitan hoy una palabra de vida y de verdad»

Entrevista al iniciador del Camino Neocatecumenal
- Es la tercera vez que Benedicto XVI viene a España. Parece que tiene un amor especial hacia nuestro país. ¿Por qué es tan importante la visita del Papa?
- La visita del Papa Benedicto XVIes un verdadero acontecimiento. Es un detalle del amor de Dios a España. La juventud necesita una palabra de vida para que los jóvenes vivan en la verdad. Es necesario que los jóvenes vivan en la verdad y no en una vida sin sentido. Necesitan que el fondo tenga una base real, en un contenido profundo como el amor que Dios ha mostrado en Cristo a los jóvenes. El amor a Cristo es lo más grande que un joven puede descubrir en esta vida.

- El Camino Neocatecumenal ha participado siempre en las Jornadas Mundiales de la Juventud. ¿En esta ocasión también?
- Siempre han participado los jóvenes del Camino, que se encuentran haciendo una iniciación cristiana en sus parroquias y comunidades, en la que están descubriendo el significado profundo de su ser cristiano.

- Además, el Camino tuvo mucho que ver en los inicios de las Jornadas...
- Dios ha querido en su providencia y amor que el Camino haya sido cofundador de estas Jornadas Mundiales de la Juventud junto a monseñor Josef Cordes cuando era secretario del Pontificio Consejo para los Laicos. Cordes nos pidió ayuda y nos volcamos invitando a muchos jóvenes a la primera Jornada Mundial. El Señor nos hizo ver la gran importancia que significa acercar a los jóvenes a Jesucristo.

- ¿Cómo responden los jóvenes al llamamiento de acudir a estos encuentros?
- Todos los años hemos participado con muchísimos jóvenes y hemos tenido grandes frutos. Hemos visto por experiencia que el Espíritu Santo derrama una gracia especial al escuchar al Papa en estas Jornadas.

- ¿De qué forma se ha preparado el Camino y sus jóvenes para esta JMJ?
- En preparación de esta Jornada organizamos un encuentro en el Estadio Esprit Arena de Dusseldorf (Alemania) el pasado 29 de mayo al que acudieron 25.000 jóvenes del Camino de toda Europa. Antes, les hicimos peregrinar por todas las plazas invitando a los jóvenes de Alemania a venir a Madrid. Nuestra sorpresa fue grande cuando comprobamos que los jóvenes alemanes les escuchaban y quedaban impresionados al ver tantos jóvenes de Italia, España, Croacia, Holanda, Inglaterra, etc. cantando por las plazas e invitándoles a participar en la JMJ con el Papa. esto nos ha llevado a pensar que era muy importante hacer lo mismo justo antes de llegar a Madrid. Como preparación al encuentro con el Papa, les hemos pedido a los jóvenes que elijan una ciudad o pueblo de Europa y den testimonio de lo que significa en su vida Jesucristo, el bien que les está haciendo. Irán a las plazas, por las calles, los asilos, los hospitales... no se trata de hacer proselitismo, sino de dar testimonio de la maravilla que significa Jesucristo hoy vivo en su vida.
- El Camino siempre cierra cada JMJ con un encuentro vocacional. ¿En qué consisten estos encuentros?
- Todos los años hemos visto que era necesario recoger los frutos de estos encuentros con el Papa. Por eso hacemos al final del todo una celebración con todos los jóvenes en la que les invitamos a ofrecerse a Jesucristo. Nuestra sorpresa fue grande cuando en los primeros encuentros se levantaban cerca cerca de mil jóvenes para entrar en el seminario. eso nos ha llevado a repetirlo en cada Jornada. Además el Papa lo sabe y está muy contento. Este año también lo haremos en la Plaza de Cibeles el día 22 y esperamos que se levanten muchos jóvenes para entrar en los seminarios y chicas para los monasterios de clausura.
Álvaro de Juana/La Razón, 17 agosto 2011




jueves, 4 de agosto de 2011

-El Paraiso, estar eternamente enamorados

 El Paraíso, estado de gracia de eternos enamorados
..." la felicidad del paraíso “será la del enamorado que, por definición, no se cansa. Si está enamorado incluso una eternidad le parecerá un momento”.
 En el paraíso “estaremos encantados, con un gusto que engloba todos los gustos. En la cara de Dios, que es la persona que más nos ama, veremos la cara de nuestros seres queridos”.
 No se trata de una realidad etérea y evanescente. Sino de un estado de gracia. De eternos enamorados...."
 
"A menudo nos da miedo hablar de la vida eterna. Hablamos de las cosas que son útiles para el mundo, mostramos que el cristianismo también ayuda a mejorarlo, pero no nos atrevemos a decir que su meta es la vida eterna y que de dicha meta parten los criterios de la vida… Tenemos que tener el valor, la alegría, la gran esperanza de que existe la vida eterna, es la verdadera vida”. Estas palabras de Benedicto XVI inician Prefiero el Paraíso. La vida eterna, cómo es y cómo llegar a ella (Mondadori, pág. 154, 18 euro) un libro hermoso y sorprendente, escrito por Pippo Corigliano, ingeniero partenopeo,

Con su inconfundible jovialidad, Corigliano consigue transmitir no sólo la nostalgia por el paraíso, sino también la conciencia de que  –tal y como prometió Jesús en los Evangelios– se puede disfrutar de algún retal en la vida terrena, a pesar de todo. “Necesitamos que nos digan que el paraíso existe, que nos está esperando. Es más, necesitamos encontrar un poco de paraíso también aquí, en la tierra, porque en este “valle de lágrimas” se puede vivir bastante felices, si lo deseamos y si aceptamos la ayuda de Dios”.

¿Cómo será el paraíso? Corigliano explica que “Dios nos mimará y encontraremos en Él todas las cosas que nos gustan. La primera es el encanto del amor”. El autor cita, una vez más, a Papa Ratzinger, que en la encíclica Spe Salvi escribió: “Cuando uno, en la vida, experimenta un grande amor, es un momento de redención”. El estado de enamoramiento es, por lo tanto, un momento de redención, explica Corigliano, “el hecho de ser librados de todo lo que nos impide ser felices”. En efecto, “cuando estamos enamorados vivimos un momento de felicidad particular, los esfuerzos no nos pesan, nuestros ojos brillan, vivimos siempre en relación – incluso desde lejos- con la persona amada, nos volvemos más bellos. Es un estado de gracia”. Por esto, la felicidad del paraíso “será la del enamorado que, por definición, no se cansa. ¿Hemos visto alguna vez un enamorado bostezar ante la persona amada? Si bosteza no está enamorado. Si está enamorado incluso una eternidad le parecerá un momento”.
 En el paraíso “estaremos encantados, con un gusto que engloba todos los gustos. En la cara de Dios, que es la persona que más nos ama, veremos la cara de nuestros seres queridos”.
 No se trata de una realidad etérea y evanescente. Sino de un estado de gracia. De eternos enamorados.

-La Fe no es algo, es Alguien

La fe no  es algo. Es ALGUIEN. La fe no es cualquier alguien, es JESUCRISTO.
La fe no es una cosa, es una PRESENCIA. La fe no es un criterio, es una RELACIÓN PERSONAL. La fe no es una ideología para solucionar problemas, es ALGUIEN a quien seguir, con quien intimar. La fe no es un punto de llegada y descanso: es un recomenzar, desde otro punto de mira y con otro, el camino de la VIDA. La fe no es un conjunto de verdades, es un ROSTRO. La fe no es una receta, es un Maestro que INVITA. La fe no es un tranquilizante, es un Amigo que IMPULSA, EXIGE y AYUDA. La fe no es una caricatura, es un ROSTRO enormemente real y vivo. Para el que cree, mil dificultades no hacen una duda, y para quien no cree, mil argumentos no dan una certeza, pues entiendo que dificultades y dudas así como argumentos y certezas, son magnitudes de diverso ORDEN.

- Estadisticas de la Iglesia aquí


ESTADISTICAS SOBRE LA IGLESIA CATOLICA EN ESPAÑA
.... "Por lo que concierne a los centros caritativos y sociales de propiedad de la Iglesia o que son dirigidos por eclesiásticos o religiosos, en España hay: 77 hospitales, 54 ambulatorios, 1 leprosario, 803 hogares para ancianos e inválidos, 391 orfanatos y guarderías, 293 consultorios familiares y otros centros para la protección de la vida, 3.323 centros especiales de educación o reeducación social y 632 instituciones de otro tipo...."

Con motivo del viaje apostólico de Benedicto XVI a Madrid (España) por la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (18-21 de agosto) hoy se han publicado las estadísticas de la Iglesia católica en ese país. Los datos, actualizados al 31 de diciembre de 2010, proceden de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia.

  España tiene una población de 46.073.000 habitantes, de los que 42.470.000 son católicos; el 92,18% de la población. Existen 70 circunscripciones eclesiásticas y 22.890 parroquias. Actualmente hay 126 obispos, 24.778 sacerdotes, 54.184 religiosos, 2.826 miembros laicos de institutos seculares y 99.581 catequistas. Los seminaristas menores son 1.258 y los mayores 1.866.

  Un total de 1.461.899 alumnos asisten a los 5.535 centros de educación católicos, desde las escuelas maternas hasta la universidad. Por lo que concierne a los centros caritativos y sociales de propiedad de la Iglesia o que son dirigidos por eclesiásticos o religiosos, en España hay: 77 hospitales, 54 ambulatorios, 1 leprosario, 803 hogares para ancianos e inválidos, 391 orfanatos y guarderías, 293 consultorios familiares y otros centros para la protección de la vida, 3.323 centros especiales de educación o reeducación social y 632 instituciones de otro tipo.

 

- Hay leyes que no respetan los derechos humanos

 Cuando las leyes no son tales
El Arzobispo de Burgos acaba de escribir este lúcido e interesante escrito:
 A estas alturas de la historia de la humanidad, ya no es necesario demostrar que muchas leyes han sido tiránicas, dictatoriales y abiertamente injustas. Sin retrotraernos a tiempos muy lejanos, baste recordar los regímenes de Stalin, Hitler, Sadam Hussein o cualquiera de los sátrapas actuales de África. Podrían recordarse incluso leyes que, pese a ser aprobadas por parlamentos democráticos, avergüenzan la inteligencia y el progreso social. Tal es el caso de la esclavitud, vigente en Estados Unidos e Inglaterra hasta fechas muy recientes.
Todos estos ejemplos ponen de manifiesto que una ley civil no tiene rango de tal por el mero hecho de que sea promulgada por la autoridad del momento. Ni siquiera de una autoridad elegida democráticamente. Imaginemos que un parlamento democrático restaurase costumbres tan crueles como los sacrificios humanos o la clasificación social de las personas, que admitía el Senado del Imperio Romano, de modo que unos fuesen esclavos sin ningún tipo de derechos, y otros ciudadanos libres y de mucha más categoría que los esclavos. Además de caer en un anacronismo histórico de gran bulto, invadiría un terreno que pertenece a otra instancia superior, a saber: la naturaleza de la persona humana, que hace iguales en dignidad a todos, con independencia de su estatus social, cultural, étnico o religioso.
Hay realidades, en efecto que son pre-políticas, es decir, anteriores y superiores a toda autoridad humana. Y, por ello, de rango superior a las decisiones de los legisladores. La consecuencia más radical es que pueden existir leyes que no sean tales, leyes aparentes, no reales, por más que se aprueben en un Parlamento o aparezcan en las páginas de un Boletín Oficial del Estado.
Quiéranlo o no los relativistas y positivistas, los derechos humanos emergen de nuestra dignidad intrínseca como personas, no de concesiones graciosas del Estado. Si hubiere leyes que violasen derechos fundamentales de la persona humana no serían leyes ni tendrían carácter vinculante. Más aún, habría que oponerse a ellas y luchar con medios legítimos para su erradicación. Si no queremos llevar a la humanidad a situaciones de barbarie ya superadas, es preciso que los legisladores humanos respeten y promuevan al máximo la dignidad de todas las personas humanas, sean del color étnico, religioso o político que sean. Si por ser legal fuese moral, podríamos llegar a aberraciones absolutamente monstruosas.
Los legisladores no son señores de la vida o de la muerte de las personas, ni de los derechos que éstas tienen por ser personas. Por otra parte, viendo cuál ha sido el final de algunos dirigentes políticos del máximo rango en su nación, deberían ser conscientes que el campo no admite puertas y que todas las presas construidas con el fin de impedir que los ríos vayan al mar, terminarán siendo barridas por las aguas de la dignidad de las personas, injusta y ficticiamente detenidas. La demagogia y el populismo tienen las piernas cortas y enfermas.
La sociedad ha de ser muy celosa para proteger y salvaguardar sus derechos. Y ser muy consciente de que no es ella la que está al servicio de la clase política, mediática o económica, sino que éstas están a su servicio. Así mismo, es muy sano que las instituciones intermedias ejerzan como tales. Pienso, por ejemplo, en la familia, en los sindicatos, en las asociaciones culturales, vecinales y religiosas. Es lo que se designa con el nombre de subsidiariedad. En cualquier caso, la sociedad no puede dejar de controlar a la autoridad civil para impedir que ésta invada su terreno.
A nadie se le oculta que esta reflexión no es un juego dialéctico sino una invitación a tomar más conciencia de lo que actualmente sucede con reiterada frecuencia. Es mejor prevenir que curar.

-Zapatero deja una sociedad enferma


Una sociedad enferma       

El mensaje pastoral que cada domingo dedica a sus fieles el arzobispo de Burgos ha sido claramente orientado a denunciar la ingeniería social puesta en práctica por el Gobierno de Zapatero, pero también con un llamamiento muy personal a todos los católicos para no descargar responsabilidades en una queja estéril.

«Una sociedad con varios millones de parados, que mata impune y sistemáticamente a sus hijos más inocentes, que administra la justicia según los colores políticos, que miente con descaro y desde las más altas instancias, que viola los pactos más sagrados, que fomenta el odio y el enfrentamiento entre sus miembros, que impide el ejercicio libre de la religión, que destruye la inocencia de los niños desde su más tierna edad, que azuza las pasiones de los jóvenes, que niega que haya acciones buenas y malas con independencia de tiempo y circunstancias, que convierte la escuela en un instrumento ideológico y el poder político en trampolín para el enriquecimiento personal y el medro de los suyos, que se empeña en no tener hijos, en una palabra, una sociedad cuarteada en sus estructuras básicas y removida en sus cimientos éticos es una sociedad decadente y enferma de extrema gravedad.» Así empezaba la pastoral del obispo, bajo el título Una sociedad enferma.

Difícil resumir con mayor contundencia todos los recientes motivos de enfrentamiento entre el Ejecutivo y la sociedad civil, con la Iglesia como parte también afectada: el aborto, la politización de la justicia, la futura ley de libertad religiosa, la Educación para la Ciudadanía o el engaño permanente «desde las más altas instancias»
«esta sociedad, precisamente porque es la nuestra, no debe ser mirada con desinterés, desprecio u odio». Y como la enfermedad es grave, no valen las «cataplasmas», es decir, todos los remedios que no contemplen «una profunda regeneración ética»: «Hay que cambiar a las personas.»

Y por eso «lo que ahora necesitamos en España con absoluta urgencia es volver a Dios»: «Reconocernos pecadores, acudir al perdón y reiniciar el camino del bien y de la verdad».