la Eucaristía, antídoto contra el individualismo . Sin la Eucaristía la Iglesia no existiría
Sin la Eucaristía la Iglesia no existiría. La Eucaristía, de hecho, es la que hace de una comunidad humana un misterio de comunión capaz de llevar a Dios al mundo y el mundo a Dios. El Espíritu Santo que transforma el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo, también transforma a los que lo reciben con fe en miembros del cuerpo de Cristo, de modo que la Iglesia es realmente sacramento de unidad de los seres humanos con Dios y entre ellos".
"En una cultura cada vez más individualista, como es la de la sociedad occidental que tiende a difundirse en todo el mundo, la Eucaristía constituye una especie de "antídoto" que actúa en la mente y el corazón de los creyentes, sembrando sin cesar la lógica de la comunión, del servicio, de la división, en resumen, la lógica del Evangelio", explicó el pontífice. "Los primeros cristianos en Jerusalén eran signo evidente de este nuevo estilo de vida porque vivían en fraternidad y ponían en común sus bienes, para que ninguno fuera indigente. (...) Y en las generaciones siguientes, a través de los siglos, la Iglesia, a pesar de los límites y errores humanos, ha seguido siendo en el mundo una fuerza de comunión. Pensamos sobre todo en los períodos de prueba más difíciles. Por ejemplo, en lo que significaba para los países sometidos a regímenes totalitarios la posibilidad de encontrarse en la misa dominical. (...) También el vacío producido por la falsa libertad puede ser igualmente peligroso y, entonces, la comunión con el cuerpo de Cristo es fármaco de la inteligencia y de la voluntad para reencontrar el gusto de la verdad y el bien común".
Benedicto XVI