Ya todo no será igual, ni en España ni en el mundo. Un catolicismo, con una nueva juventud está naciendo. El 20 de agosto, en Cuatro Vientos, ante un millón y medio de jóvenes, cayó una breve pero impetuosa lluvia. Era como un descanso, como una llamada de Dios, después de varios días de agobiante calor, una prueba para la fortaleza de los peregrinos de las JMJ. El Papa, Benedicto XVI dijo “hemos pasado juntos una aventura”. Era como la firma de un tratado.
Es muy posible que muchos digan que es una fantasía, pero según parece en Roma llaman a Benedicto XVI, el Papa de la Palabra. Tiene un encanto especial y una fuerza, como dice las cosas.. La penetración de sus palabras es fascinante, llegan al corazón con una rapidez inaudita. Te reconforta lo que dice. No hay dureza, no hay acritud en sus palabras, son como los hechos, sin posible discusión. Te alegra el alma oírle, es todo tan grande, tan noble, tan limpio, tan real… Cristo está como un ser vivo, a tu lado, y te da una paz en el alma, un deseo ser mas limpio, de hacer por los demás, de entregarte a los que sufren y una nueva paz llega todo tu ser.
Benedicto XVI nos muestra la grandeza del catolicismo, su enorme verdad, las razones por las cuales es posible la felicidad en esta vida; solo basta entregarte a los otros, amar a todos, no pensar en ti, ser el último si quieres ser el primero… Es un nuevo apóstol en una sociedad sin valores, ahíta de placeres, ajena a todo esfuerzo noble, sucia, grosera, egoísta… Es lógico que las palabras de Benedicto XVI caigan en una buena tierra y más aún entre los jóvenes. Platon ya lo dijo: la verdad debe buscarse en la juventud, lo demás es perderla, Y Benedicto XVI sabe donde sembrar sus valores.
¿Por qué tendrá tanta fuerza si Cristo creó la Iglesia hace más de veinte siglos? ¿Por qué sus palabras son tan atrayentes hoy? ¿Por qué lo que ofrece puede aceptarse en un mundo que tantas cosas materiales ofrece? ¿Por qué el hombre de esta sociedad no es feliz? Y si no lo es el hombre, el joven, el hombre y la mujer que están creciendo, que están buscando su futuro ¿por qué se sienten atraídos por metas tan grandes, tan inaccesibles, tan necesitadas de esfuerzos y de entrega inauditos? Hay por lo menos un motivo: Dios estará a tu lado y eso es algo que siempre te apoyará. En una sociedad sin Dios, una vez que uno se da cuenta de Dios existe, todo lo demás es posible. Un hombre o una mujer nuevos acaban de nacer… Ya todo no será igual.
Además Benedicto XVI no está solo, hay toda una pléyade de religiosos, de muy distintos niveles que le acompañan, hay pequeñas comunidades en el mundo entero, regidas siempre por un religioso… y hay también los “voluntarios” que trabajan desinteresadamente con todo cariño en tantas partes del mundo..
Es muy difícil luchar contra una comunidad, cada vez mas grande, más atrayente, que cree en Dios, que sigue las enseñanzas y la doctrina de Cristo y esa es la razón por la que el mundo triste de la sociedad española en que vivimos y también en de la mundial, con ºsus egoísmos y sus peleas y guerras no puede hacer frente”.
Un ejemplo lo tenemos bien reciente. Más de un centenar de asociaciones y agrupaciones laicistas, contrarias al catolicismo, tan sodlo consiguieron un par de miles de personas, aunque, eso sí, agresivas y provocadoras. Tenían la apoyatura de los poderes públicos, en la forma de una Delegada del Gobierno que hizo todo lo posible para atacar a la JMJ. Pocas personas para tantos grupos. Y estamos empezando. Entretanto los católicos hacían suyas las palabras de Benedicto XVI : “No os avergoncéis de ser católicos”, y también estamos empezando.
Octavio Roncero, periodista