“El amor de Cristo a la Iglesia es el modelo de
toda relación matrimonial»
…”el Señor Jesús, al elevar el matrimonio a la categoría de sacramento,
nos está brindando la posibilidad de asistirnos con su gracia, de restaurarnos
con su amor, de hacer eternamente todas las cosas nuevas. Esto es lo que sucede
en nuestro corazón cuando se recibe este sacramento. El matrimonio es para
aquellos que quieren abrazar el proyecto de vida más alto y más bello que el
hombre puede soñar….”
¿Qué significa ser novios?
¿A qué se va cuando se comienza una relación?
Es urgente recuperar la
palabra novios. Muchas veces se sustituye por pareja, la chica con la
que estoy, etc. Pero novio viene de nuevo; es decir, que esa
persona con la que estoy compartiendo mi vida tiene la capacidad de hacerlo
todo nuevo. Alguien que empieza un noviazgo vive su rutina como siempre, pero
hay algo distinto, algo que le hace vivir todo con una alegría diferente, con
una fuerza que antes no estaba presente.
El noviazgo es una época
de discernimiento, un tiempo para ver si aquello que nació como una intuición
se va convirtiendo en una certeza: que esa persona es la que Dios me ha
regalado para que pueda experimentar la belleza de su amor. Por eso, el tiempo
del noviazgo no se puede vivir superficialmente. Muchas veces creemos que el
objetivo es el matrimonio, pero el auténtico objetivo es el discernimiento.
Muchos dicen: Nosotros
no necesitamos un papel para saber que nos queremos...
Es verdad que no se
necesita un papel para saber que hay amor. El amor es algo que se vive, no se
puede encerrar en un contrato. Pero quien entienda así el matrimonio es que no
ha descubierto qué es lo que sucede en el corazón cuando recibimos un Sacramento.
Si miramos seriamente nuestras vidas, comprobamos que no podemos vivir al 100%
cada instante de la vida. Por mucho que nos lo propongamos, hay momentos en los
que nuestras fuerzas flaquean, nuestro amor pasa por momentos cálidos y
momentos en los que se enfría, nuestras seguridades parece que se oscurecen...
¿Qué hacer entonces? Un papel no tiene la capacidad de dar respuesta a
estas cuestiones, ni la convivencia antes del matrimonio nos posibilita
eliminar estas dificultades. En este momento podemos reconocer lo que es en
verdad el matrimonio: el Señor Jesús, al elevar el matrimonio a la categoría de
sacramento, nos está brindando la posibilidad de asistirnos con su gracia, de
restaurarnos con su amor, de hacer eternamente todas las cosas nuevas. Esto es
lo que sucede en nuestro corazón cuando se recibe este sacramento. El
matrimonio es para aquellos que quieren abrazar el proyecto de vida más alto y
más bello que el hombre puede soñar.
¿Qué pinta Dios en
una relación? ¿Qué supone casarse por la Iglesia?
No se trata de la guinda
del pastel, sino de la levadura. Es Dios quien da fundamento y solidez a una
relación esponsal. Además, Él mismo es el modelo de la vida matrimonial. A los
matrimonios se les pide amarse como Cristo ama a su Iglesia, hasta dar la
vida, hasta la última gota de sangre si es necesario. Quien quiera vivir
intensamente su relación tiene la necesidad de mirarse en este espejo. Y, quien
lo hace, como sin darse cuenta, se convierte en el mundo en el reflejo del amor
de Dios.
¿Qué se puede hacer para
mejorar la preparación al matrimonio?
Los cursillos
prematrimoniales son el último paso en la preparación; a ellos se va con el
discernimiento hecho. Son necesarias estructuras pastorales que acompañen a los
novios en el proceso previo.
Por ejemplo, una Escuela
de oración para novios y matrimonios. Los cristianos sabemos rezar
personalmente, pero ¿cómo se reza en pareja? Así se ponen en juego todas las
piezas: el hombre, la mujer y el Señor; y así se puede acompañar tanto el
discernimiento de los novios como el crecimiento de la propia vocación de los
matrimonios.
http://www.alfayomega.es/Revista/2014/868/01_enportada3.php