jueves, 24 de marzo de 2011

-Otra campaña atea contra Dios


La última campaña atea es acusar de nuevo a Dios de ser la fuente del mal

Parece ser que resurge en el espíritu ateo la manida idea de que la religión es fuente de violencia e injusticia y para ello no descansa en presentar distintos pasajes del Antiguo Testamento para fortalecer dicha acusación – parece ser que para éste la revelación no alcanza al Nuevo Testamento –.
Los cuatro jinetes del ateísmo, es decir, los señores Dawkins, Hitchens, Dennet y Harris son los abanderados de esta campaña en la que presentan a Dios como un ser celoso, injusto y vengativo a quien imputan la causa del mal en el mundo. Pero esta acusación es tan vieja como el propio diablo. El propio Nietzsche al tiempo que anuncia la muerte de Dios paradójicamente se enzarza en batalla contra el omnipotente con el fin de ocupar su puesto.
El hombre, en tanto que criatura, mantiene la necesidad de Dios y su única posibilidad es amarlo u oponerse a Él: revelarse. Iván Karamazov es un buen ejemplo de esto último; en todo momento postula la inocencia del ser humano respecto de la existencia del mal en medio del mundo imputando su presencia a Dios. Esto mismo hacen Dennet y la ristra de espíritus rebeldes que secundan a divulgadores de su calaña que afirman como excusa para su ateísmo que aunque existiera Dios ellos no podrían aceptar a un Ser que es el creador del mal y del sufrimiento del hombre. Sorprende no obstante este extraño moralismo entre sujetos cuyo modo de actuar es vivir "sin saber por qué", o como ellos dice: "como Dios y la inmortalidad no existen, le está permitido al hombre nuevo convertirse en un hombre-Dios", que es reconocer que todo está permitido, tanto el bien como el mal, pues no hay norma ni responsabilidad en los actos sino sólo la lógica que cada uno se impone a sí mismo
 Pero no es Dios la causa del mal, sino el "todo está permitido" que promulga el nihilismo …En Dios sólo hay virtud y sentido, y su razonamiento metafísico está fuera de toda sospecha. Es el hombre quien legitima el crimen tras hallar su propio criterio de acción (Dostoievski, Crimen y castigo). No olvidemos que Raskolnikov se revela como Caín mediante la violencia. De este modo observamos que el drama humano es que sin creer en la virtud no podemos dejar de obrar virtuosamente pues de lo contrario se produce el aniquilamiento de nuestra constitución de criatura llamada a abarcar el bien.
 Joan Figuerola.14 Mar 2011 / opusprima.wordpress.com