La Beatificación de Juan Pablo II, será el 1 de mayo
El Papa más querido por la humanidad será el patrono de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid el próximo mes de agosto
La tan esperada beatificación de Juan Pablo II tendrá lugar en Roma el próximo primero de mayo, según anunció ayer el Vaticano poco después de que Benedicto XVI reconociese como milagro la curación instantánea del párkinson que sufría la religiosa francesa Marie Simon-Pierre. Casi simultáneamente, el cardenal presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, anunciaba en Madrid ante 300 delegados de todo el mundo que Juan Pablo II será también, lógicamente, patrono de la Jornada Mundial de la Juventud del próximo mes de agosto.
Los restos mortales de Juan Pablo II serán trasladados a su nueva capilla en la basílica de San Pedro días antes de la beatificación ya que el flujo de peregrinos — ya más de veinte mil muchos días— colapsaría las Grutas Vaticanas. El ataúd no será abierto sino colocado directamente bajo el altar de la capilla de San Sebastián, contigua a la de «La Piedad».
Divina Misericordia
La fecha del primero de mayo no sólo es la fiesta del Trabajo y de San José Obrero sino que coincide este año con el Domingo de la Divina Misericordia, una festividad instituida por Juan Pablo II en el año 2000 poco después de canonizar a su promotora, la religiosa polaca Faustina Kowalska, fallecida en 1938, cuya tumba solía visitar Karol Wojtyla en su época de trabajador como ayudante del dinamitero en una cantera de Cracovia durante la ocupación nazi.
El portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, afirmó que Karol Wojtyla es «un amigo y un intercesor que ayuda a acercarse a Dios», y será elevado a los altares no tanto por su extraordinaria actividad como Papa sino por «la fuente espiritual de esas obras extraordinarias, que era su fe, su esperanza y su caridad». En los procesos de beatificación o canonización de Papas, el Vaticano subraya siempre que se propone como ejemplo de santidad y se autoriza el culto a una persona por haber vivido las virtudes cristianas en grado heroico, no porque se apruebe cada una de sus decisiones mayores y menores como Pontífice, sujetas —como todo— al juicio de la historia.
El cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, manifestó ayer que Juan Pablo II llegará a los altares en sólo seis años gracias a que el Papa Benedicto XVI dispensó del plazo de cinco años de espera desde el fallecimiento, pero no porque se haya saltado ninguna fase ni ningún trámite de un proceso normal. El cardenal subrayó que «precisamente para honrar dignamente la memoria de este gran Pontífice, la causa ha estado sometida a un análisis particularmente detallado».
Un detalle desconocido
Ángelo Amato reveló un detalle desconocido sobre el milagro. El 2 de junio del 2005, la religiosa francesa de 46 años aquejada de la enfermedad de Parkinson «cansada, y abrumada por los dolores, manifestó a su superiora la intención de ser dispensada del trabajo profesional» que habitualmente realizaba en la clínica de maternidad. La petición urgente a Juan Pablo II, y el milagro de la curación repentina y total, obtenida aquella misma noche, se sitúan también en el terreno del trabajo profesional: un Papa que fue obrero en su juventud obtiene la curación de una religiosa que ha podido así continuar su trabajo en una clínica de maternidad ayudando a mujeres en uno de los momentos más bonitos de la vida.